

Es muy probable que si yo fuera un verdadero zenista no escribiese este libro, y no por aquello tan predicado por los sistemas orientales de que "quien lo conoce no habla de Él; quien habla de Él no lo conoce", sino porque habría llegado a la deducción de que la doctrina pura del Zen no es traducible a palabras. Escribo este libro porque pienso que este singular sistema puede favorecer al ser humano, cualquiera que sea su condición.
Su agradecimiento a la reseña no pudo ser enviado
Reportar comentario
Reporte enviado
Su reporte no pudo ser enviado
Escriba su propia reseña
Reseña enviada
Su reseña no pudo ser enviada
check_circle
check_circle